Somos creadores de la realidad que vivimos.
La mente podría compararse con un jardín, éste puede ser un sitio lleno de vida, con mucha diversidad, colores y texturas o un lugar abandonado con hierbas que crecen descontroladamente y maleza que impide el crecimiento de bellas flores.
La diferencia entre cada uno radica en la medida que se le brinda atención y cuidado.
La práctica de la meditación es una manera de comenzar a explorar ese jardín interno y a partir de la observación ir limpiando el terreno para que florezca aquello que decidimos consientemente.
Nos damos cuenta de que el verdadero placer no viene de los objetos si no de la única fuente de bienestar, que esta cuando purificamos nuestra mente y empezamos a proyectar pensamientos positivos y posteriormente suspendemos la atencion a esos pensamientos , "apagamos el proyector", para experimentar nuestra esencia que es la unidad. Esta experiencia final se encuentra mas allá de lo bueno y de lo malo, mas allá de cualquier opinión, por que es en ese estado en el que se funde el observador con el entorno observado.
En la vida cotidiana estamos expuestos a innumerables estimulos que vienen del exterior. El proceso por el cual pasan los pensamientos para valorar la experiencia vivida es el que realmente dicta si fue algo bueno o malo, es decir; los sucesos no tienen valor hasta que la mente los compara con lo que ya conoce y luego decide en donde poner su atención para hcer los juicios pertinentes. La frecuencia con la que se repiten estos patrones de pensamiento es lo que va formando nuestra manera de relacionarnos con el entorno y con nosotros mismos. Por lo que podemos decir que la realidad no es mas que el resultado del proceso de interiorizar lo que percibimos, y al mismo tiempo percibimos aquello a lo que estamos acostumbrados a dirigir nuestra atención, por lo tanto si decidimos conscientemente a donde dirigir nuestra atención y luego somos observadores activos del proceso para integrar lo vivido estariamos lo mas cerca posible de ser creadores de la realidad que vivimos.
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