Empezando a practicar...descubriendo a Krishnamacharya
Me parece que actualmente resulta confuso iniciar una práctica de yoga porque en los últimos años y en diferentes países, han surgido muchas escuelas y personas que han decidido compartir su práctica de Yoga desde diversas adaptaciones, estilos, filosofías o propuestas. Y resulta difícil saber en un primer acercamiento si nos topamos con una fuente real y seria de conocimiento y estudio del Yoga o tan sólo una vaga idea, mal interpretada por alguien más.
Entre tantas versiones, no queda más que buscar, experimentar, investigar e identificar qué puede resonar con uno mismo para encontrar el camino propio.
Pero hay que empezar, sin más justificación, hay que empezar justo en donde estamos. No hay que cambiar nada, sólo aceptar que se inicia un recorrido, que seguramente nos llevará a lugares desconocidos y asombrosos a la vez. Confiar en que si bien los cambios y transformaciones no siempre son fáciles, nos hacen aprender y crecer. En la condición y lugar en el que estemos, sólo hay que iniciar la practicar, preguntar, respirar, hacer una pausa y cuando se logre un silencio, permitirse ese silencio para observar.
Abrazar con toda la dulzura posible lo que somos hoy para entonces poder dirigir nuestra energía, mente, corazón y esfuerzo a la búsqueda, sin perder de vista que cada ser humano es un individuo único y que lo que le sirve a uno puede ser perjudicial para otro, "la medicina de uno puede ser el veneno de otro". Hay que estar atentos a nuestra realidad, necesidades y naturaleza para identificar lo que nos hace bien en el momento, lugar y condición en la que nos encontramos.
Será de gran ayuda en este recorrido, buscar las raíces que originaron el Yoga, acercarse a quienes tienen más experiencia y conocimiento y claro, aprender del legado de los grandes maestros. Como señala Patanjali en los Yoga Sutras I.37 "Cuando nos enfrentamos a problemas, el consejo de alguien que haya dominado problemas similares puede ser de gran ayuda."[i]
Así empiezo yo, revisando la biografía de Krishnamacharya. Su historia es indispensable para entender cómo retomó fuerza el Yoga en la India, como se difundió en occidente y el por qué han surgido diferentes tipos de adaptaciones modernas de esta práctica. Fue un gran maestro que logró mantener un equilibrio entre el respeto a la tradición y la adaptación necesaria para responder a las condiciones de su tiempo y las necesidades de cada alumno, lo que se tradujo en una gran aportación para cada practicante tanto en su búsqueda de desarrollo espiritual como en la mejoría de su salud y calidad de vida.
Además, se debe a su enseñanza la apertura para que todos pudiera acceder a ella sin in distinción de sexo, raza y credo porque en la antigüedad el Yoga era una disciplina practicada por ascetas y vetada a las mujeres. Siempre enfatizaba que el Yoga era para todos y adecuaba sus enseñanzas para así respetar las creencias de sus estudiantes.
Pero al leer la frase de Krishnamacharya "Practice without right knowledge of theory is blind. Without right knowledge one can mindfully do a wrong practice." me atrapó una duda:
¿Hay una práctica y teoría correcta de Yoga?
No lo sé, pero lo que intuyo es que entre más práctica y más herramientas se tengan, hay más posibilidad de explorar el universo propio y se tienen más probabilidades de recuperar esa guía interna que nos revela nuestra verdadera naturaleza. Quizá ahí, se asomen esas certezas profundas que nos permiten identificar qué es lo correcto para uno mismo. Tal vez, desde ahí, se pueda acceder a una mayor comprensión de la realidad y desarrollar nuestra conciencia.
Mientras tanto, lo que sí podemos hacer es decidir avivar de nuevo la chispa de la duda y el asombro, reconectar con uno mismo para despertar nuevamente nuestras capacidades para percibir y experimentar la realidad, para reconocer la grandeza de uno mismo y la conexión con todo lo que nos rodea.
Y desde esta perspectiva, entonces, no importa con qué tipo de Yoga se empiece ni con qué maestro, porque me parece que si hay una intensión profunda, se despertará una inquietud que eventualmente nos llevará a cuestionarnos, la necesidad nos empujará a querer más y con ese impulso, se habrá abierto una puerta que ya no se podrá cerrar. Se descubrirá un tipo especial de hambre que ya no puede ser saciada con verdades a medias.
Mientras empecemos a practicar con una intensión amorosa y con la decisión de trabajar para desarrollar nuestro potencial como seres humanos, creo que todo lo que suceda después será una cascada de oportunidades para realizarnos.
Un primer vistazo a la vida de Krisnamacharya[ii]
Cuando nació Krishnamacharya (Sri T.Srivinasa Tattacharya) en 1888, el yoga en la India había perdido presencia, pero nació en una familia de Brahmanes dedicados al estudio de la espiritualidad, descendientes de un yogui del sur de la India Sri Nâthamuni. Fue su padre Ganapati Srinivasa Thathacharia (especialista de los Vedas) quien lo introdujo en el estudio del sánscrito y Yoga , recibiendo a los cinco años recibió " la iniciación de el cordón sagrado de los Brahmanes".
Desde joven estudió diversas disciplinas clásicas hindúes, incluyendo el idioma sánscrito, rituales, leyes y medicina ayurvédica. Lo que más adelante integró y sintetizó en su práctica y enseñanza de Yoga. Todas sus ideas, originales o no, se las atribuyó a los antiguos textos, o bien a su guru.
Estudió en el Tíbet con el notable Gurû Rama Mohana Brahmacari, viviendo con él y su familia durante aproximadamente siete años y medio. En este tiempo profundizó en el estudio de los Yoga Sutras de Patanjali y memorizó el Yoga Gurandam y al terminar su estancia, su maestro le pidió que volviera, se casara y enseñara Yoga.
A sus regreso conoció al Majarajhá de Mysore, Krishnaraja Wadiyar, quien impresionado por su conocimiento lo invitó a ir al Palacio de Misore donde ordenó la construcción de la Yogashala para que diera clases. En ella inicia las enseñanzas sistematizadas del yoga.
Comenzó entonces su carrera como profesor, perfeccionando su estricta e idealista versión del hatha yoga. Pero conforme pasó el tiempo fue pionero en el refinamiento de las posturas, en optimizar sus secuencias y en atribuir valor terapéutico a asanas específicos. Al combinar pranayama y asanas, hizo de las posturas una parte integral de la meditación, en lugar de ser un paso en el camino que a ella conduce.
En 1952 se traslada definitivamente a Madrás con su esposa y sus 6 hijos para continuar enseñando yoga y tratando a pacientes con la medicina ayurvédica prácticamente hasta el final de su vida.
Durante uno de sus periodos mas fértiles desarrolló lo que hoy se conoce como Ashtanga Vinyasa Yoga:
"Como sus alumnos eran en su gran mayoría jóvenes activos, adapto técnicas de Yoga, gimnasia y lucha india, para desarrollar las secuencias dinámicas de asanas cuyo propósito era conseguir un insuperable estado físico. Este estilo de Vinyasa utiliza los movimientos de saludo al sol para entrar y salir de cada asana. Cada movimiento se coordina con una forma especial de respirar y drishti, o enfoque de los ojos en ciertos puntos, lo que ayuda a la concentración meditativa.
Con el tempo Krishnamacharya estandarizo las secuencias de posturas en tres series: primarias, intermedias y avanzadas. Los estudiantes eran agrupados de acuerdo a su experiencia y habilidad, teniendo que memorizar cada secuencia antes de avanzar a la siguiente.
Quizás, este método, originalmente diseñado para los jóvenes, nos muestra un camino mas amigable hacia una espiritualidad mas profunda en una cultura que valora la energía y lo externo mas que lo interno."[iii]
Se dice que muchas de las asanas que enseñaba Krishnamacharya estaban basadas en dos textos clásicos del siglo X del Yogui Nathamuni: "Yoga Rahasya (Doctrina secreta del Yoga) y Nyaya Tattva. Y que descubrió un manuscrito muy antiguo, realizado sobre hojas de árbol, escrito en rima y en sutras, que contenía un documento de enorme valor: "El Yoga Korunta", cuya autoría se adjudicaba a un profeta llamado Vamana Rishi. Este texto, a lo largo de sus versos, describía un sistema completo de Yoga, con cientos de asanas que estaban conectadas con movimientos ondeantes o vinyasas, con respiraciones y bandhas.
Hacia la última etapa de su enseñanza, Krishnmacharya ayudaba a sus estudiantes a evolucionar de un Yoga que se adaptaba a sus limitaciones individuales, a un Yoga que maximizaba sus habilidades. Variaba la duración, frecuencia y las secuencias en los asanas para ayudar a los estudiantes a alcanzar metas especificas de corto plazo, como recuperarse rápidamente de una enfermedad. Este enfoque, hoy día se conoce con el nombre de Viniyoga.
El resurgimiento del Yoga en India le debe muchísimo por su labor como maestro y por sus innumerables demostraciones, así como a sus discípulos más famosos quienes han jugado un enorme rol en la popularización del Yoga en Occidente porque continuaron enseñando y desarrollando estilos de yoga que enfatizaron diferentes aspectos:
- K.PATTABHI JOIS (1915-2009) Estudió 25 años con Krisnamacharya y durante décadas siguió el trabajo que le dejo Krishamacharya con gran devoción, refinando las secuencias de asanas sin inflingirles modificaciones sustanciales, combinando pranayama y asanas, difundiendo así el Ashtanga Yoga.
- INDRA DEVI (1899-2002): En 1937 Krishnamacharya marcaría un antes y un después en la enseñanza del yoga al aceptar a una mujer, y además extranjera, como alumna en la escuela de Yoga. Antes sólo había enseñado a su esposa y a sus dos hijas, pero ahora se enfrentaba al reto de una mujer que no era familia y venía de Occidente. Esta mujer era de origen ruso y más tarde seria conocida como Indra Devi, quien difundiría el Yoga en los Estados Unidos, México y Argentina. Estudió varios años con Krisnamacharya y a diferencia de los otros discípulos se enfocó en un aspecto más devocional. SAI YOGA. Con un este estilo suave, que aunque no utiliza Vinyasa, usa el principio de las secuencias de Krishnamacharya de manera que sus clases recorren un camino – empezando con posturas de pie, progresando hacia un asana central seguido de posturas complementarias y terminando con relajación. De la misma forma que ocurrio con Jois, Krishnamacharya le enseño a combinar pranayama y asanas.
- B.K.S IYENGAR (1918-2014) Aunque intenso fue poco el tiempo que estudió con Krisnamacharya. Continuó con un riguroso sistema de entrenamiento, precisa ejecución de asanas, investigación de la naturaleza de la postura y alineamiento interno, aplicación terapéutica, con una diferenciación por niveles. Algunas de las características por las cuales es conocido hoy día particularmente las modificaciones a las posturas y sus usos terapéuticos son muy similares a las que Krishnamacharya desarrollo en su trabajo de los últimos años
- TKV DESIKACHAR: Hijo de Krisnamacharya, difunde el legado de su padre, dirigiendo el instituto Krishnamacharya Yoga Mandiram, en Chennai, India, donde se enseñan todos los diferentes enfoques que tenia Krishnamacharya sobre el yoga y sus escritos son traducidos publicados. Desikachar continuó con el estilo de la última etapa de la enseñanza de su padre, que ayudaba a sus estudiantes a evolucionar de un Yoga que se adaptaba a sus limitaciones individuales, a un Yoga que maximizaba sus habilidades. Variaba la duración, frecuencia y las secuencias en los asanas para ayudar a los estudiantes a alcanzar metas especificas de corto plazo, como recuperarse rápidamente de una enfermedad. Este enfoque, hoy día se conoce con el nombre de Viniyoga.
- También se habla del "Svasta Yoga" asociado A.G. Mohan, hijo espiritual de Krishnamacharia que estudio a lo largo de 18 años con el maestro, a su esposa Indra Mohan y sus hijos Ganesh Mohan y Nitia Mohan y de Srivatsa Ramaswami.
Krishnamacharya recibió a estudiantes en su casa provenientes de toda la India y también de Occidente. Publicó varios libros y siguió con la enseñanza de Yoga hasta 1984. A la edad de 96 años se retiró de la vida activa y se dedicó más a la meditación y el estudio de las escrituras sagradas. En 1988 Krishnamacharya cumplió cien años y se realizó una gran celebración, a la cual asistieron discípulos y estudiantes de Yoga de todo el mundo.El 28 de febrero de 1989, con casi 101 años, Krishnamacharya falleció, abandonando físicamente este mundo material pero dejando detrás de sí un gran legado que perdurara por muchas generaciones de practicantes de Yoga. [iv]
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