Una reflexión sobre Yoga-Sutra de Patanjali
Yoga-Sutra de Patanjali es uno de los libros de mayor relevancia para el Yoga, pues aporta gran parte de las enseñanzas y prácticas que debe seguir una persona que se interesa por esta filosofía. Es un libro formado a partir de pequeños sutras, o aforismos, que poco a poco van revelando pasos a seguir para alcanzar el estado de Yoga. Personalmente, considero que es un libro que todo practicante de yoga debería tener siempre a la mano para consultarlo y revisarlo en su día a día.
En el primer capítulo, el Samâdhipâdah, Patanjali describe de la manera más simple y precisa el estado del Yoga. Eso que tanto escuchamos en las clases de estar "aquí y ahora". El poder concentrar la atención exclusiva e ininterrumpidamente hacia un objeto, logrando así comprender el objeto, sin dejar que lo que hay en nuestra mente interfiera con la comprensión. Aunque suena relativamente fácil, no lo es. Hoy en día tenemos la mente tan llena de pendientes y preocupaciones, que lograr estar sin distracciones requiere de gran disciplina y compromiso. Este capítulo también nos habla de las actividades de la mente y sus características, así podemos darnos una idea de cuál sería el estado de yoga y sus particularidades.
Uno de mis sutras favoritos, es el I.23 îshvaraprannidhânâdvâ. La entrega total al ser supremo. Ofrecer tus plegarias y rendirte ante él. Considero que es una práctica de total desapego y humildad. Porque muchas veces el ser humano busca el control. Pensamos que para alcanzar el estado de Yoga, tenemos que practicar, respirar, torcernos, pararnos de manos, cantar mantras, hacer, hacer, hacer... y este sutra nos dice "Alto! En lugar de preocuparte por hacer, mejor entrégate a la gracia divina, ante Eso que es más grande que cualquier cosa, suelta el control y deja que las cosas sucedan."
Sin duda todos hemos pasado por momentos de oscuridad, en los que parece que no hay salida y todo se derrumba. Sentimos que no tenemos la fuerza para continuar, ni las ganas. Pero si tenemos un poquito de fe, podemos entonces entregarnos, rendirnos, y tal vez, las cosas mejoren.
En todo el primer capítulo se ve un poco de lo anterior, de la fe, de las virtudes de alcanzar el estado de Yoga. En el segundo capítulo, Sâdhanapâdah, se habla del apego, la inseguridad y los demás obstáculos con los que nos enfrentamos en el camino para alcanzar el Yoga. Cómo estos obstáculos pueden alterar la percepción y así crear interferencia entre el que percibe y lo que percibe. Considero que uno de los objetivos más importantes de la práctica, es alcanzar la claridad. Hay una frase que dice "no vemos las cosas como son, sino como somos", por eso es muy fácil que malinterpretemos situaciones o no veamos la historia completa. Entre mayor claridad exista en nuestra percepción, más acercada a la realidad será nuestra visión de la vida.
Este capítulo también nos habla sobre los Yamas y Niyamas. Estas prácticas o sugerencias de vida, a través de las cuáles podemos pulir un poco el cristal a través del cual miramos. Son pequeñas cosas que podemos aplicar en nuestra vida, hacia nosotros y hacia los demás, para logar una existencia más armoniosa y equilibrada. En mi parecer, estas prácticas nos dan la libertad de adaptarlas a nuestro estilo de vida y creencias filosóficas. Esa es una de las razones por las cuáles me gusta tanto el Yoga. No es absolutista, ni te obliga a creer o hacer algo. Lo puedes hacer tuyo y vivir una experiencia muy personal en tu camino.
Vibhûtipâdah, el tercer capítulo, se adentra más a los resultado una vez que la práctica empieza a dar frutos. Nos habla de cómo la mente puede profundizar en la percepción del objeto y obtener mucho más conocimiento. Menciona los beneficios de lograr mantener la atención continua sobre un objeto, como un tipo de práctica: samyama. Ésta, se puede aplicar en cualquier cosa que el practicante elija. Es interesante, pues nos da herramientas para conocernos a nosotros mismos y al mundo que está afuera, mucho más profundamente.
Siempre he visto al yoga como un instrumento de autoconocimiento, pienso que entre mejor te conoces, mejor puedes enfocar tu vida y tus acciones hacia el camino que deseas. También será mucho más fácil relacionarte armoniosamente con los demás, si tienes una mejor comprensión de su situación. El practicar samyama sobre lo que te rodea, te permite comprenderlo e interactuar mejor con ello.
Finalmente, el cuarto capítulo Kaivalyapâdah es el más abstracto. Puede ser algo difícil de entender y me atrevo a decir que lo que dice, se puede llegar a comprender sólo a través de la experiencia personal. Habla mucho de "lo que percibe" y de como podemos darnos cuenta de eso. Al alcanzar un estado de yoga, logramos controlar mente para que haga lo que nosotros queremos y no al revés. Aunque sin la mente, no podríamos darnos cuenta de lo que somos. Nosotros percibimos, a través de la mente que percibe un objeto que es percibido. Y al percibir este objeto a través de la mente, nos percibimos a nosotros mismos percibiendo el objeto. Entonces podemos alcanzar un estado de Yoga.
Puede sonar bastante rebuscado, difícil, confuso. Es una práctica que requiere disciplina y entrega, un camino largo e incierto. Pero al final lo que importa es eso, el camino. Este libro es una gran herramienta para incursionar en la práctica de Yoga y profundizar en ella día con día. Pero depende de cada quién la manera en la que lo lleva a cabo. La experiencia personal que nos llevamos es única y personal y es el resultado de lo que nosotros brindamos a nuestra práctica.
Comentarios (1)