ANATOMÍA DE LA RESPIRACIÓN

“La respiración es la entrada y salida de aire a los pulmones, causada por el cambio de forma en las cavidades torácica y abdominal”.

Cuando consideramos la respiración como algo que sucede únicamente a  través del movimiento del diafragma y que este movimiento es la manifestación del Prana en el cuerpo, quitamos la implicación errónea de que hay respiración “diafragmática” correcta (con el estómago) o incorrecta “no diafragmática”.

La manera correcta de respirar es a través del diafragma, que es capaz de movilizar la caja torácica sin la ayuda de músculos accesorios. El diafragma divide el torso en dos cavidades: torácica y abdominal. Durante la respiración, sólo la torácica cambia de forma y tamaño, mientras que la abdominal cambia solo de forma.

En la inhalación, el diafragma se contrae, haciendo que la cavidad torácica se expanda y al mismo tiempo empuja hacia abajo la cavidad abdominal, haciendo que esta cambie de forma. El constante cambio de forma en ambas cavidades afecta profundamente a los movimientos de los órganos contenidos en ellas. Esta interrelación hace que la condición de la región abdominal influya en la calidad de la respiración y la calidad de ésta influya también en la salud de los órganos abdominales.

La columna también modifica su forma, extendiéndose para aumentar el volumen torácico al inhalar y flexionándose para reducirlo al exhalar. Al aplicar el Mula Bandha correctamente, la inserción de las costillas en la columna (tendón central) se estabiliza, mientras que la base de las costillas se libera, provocando la expansión de la caja torácica. De este modo, el diafragma está siendo utilizado eficientemente.

El aire se mueve hacia dentro y  fuera de los pulmones, por medio del árbol bronquial. Esto sucede independientemente de la forma que tomen las cavidades del pecho y del abdomen. Por ello, el método respiratorio “de arriba hacia abajo”, ayuda a expandir la inhalación desde la parte superior del tórax hacia abajo, en dirección al abdomen. Esta orientación de la respiración une el flujo de los movimientos respiratorios y el soporte que da la columna, coMO los conceptos de Prana y Apana.

Son los músculos accesorios a los que podemos manipular para producir cambios en formas específicas que adopta el cuerpo durante la respiración. Lo único que podemos controlar del diafragma es la velocidad y tiempo de su función. Por lo tanto, los músculos accesorios guían la dirección de la respiración, mas no la del flujo de aire.

Por otro lado, Hay que tomar en cuenta que la respiración profunda y rápida no siempre es beneficiosa, a menos que nuestro nivel de actividad lo requiera. El hecho de absorber oxígeno en exceso puede llegar a ser tóxico, provocando hiperventilación. Esto sucede cuando eliminamos bióxido de carbono más rápido de lo que nuestro metabolismo lo puede producir. La falta de bióxido de carbono también puede llegar a ser peligrosa, ya que éste último logra que la hemoglobina libere el oxígeno de la sangre al tejido corporal.

Adaptando la respiración al nivel de actividad que requerimos, logramos hacer de la respiración un vehículo que nos guía hacia un mejor balance. Enfocarnos en la respiración nos permite enfocar la atención y detectar los cambios más sutiles en nuestras posturas y hacer los cambios que nos ayudan a entrar más profundo en nosotros mismos.

El propósito de los ejercicios respiratorios en Yoga, es explorar todo el potencial de nuestros mecanismos respiratorios, para deshacernos de patrones adquiridos, que obstruyen la función normal. En Pranayama entrenamos diferentes patrones inusuales de respiración, para lograr una actividad respiratoria normal, que sea consistente con los requerimientos metabólicos del día a día.

Al colocar la respiración como centro del Pranayama, Asana y meditación, estamos obteniendo valiosísima información sobre los niveles más profundos de nuestro sistema, balanceando sus funciones con la práctica de Yoga, haciendo ajustes casi imperceptibles, que no se hubieran logrado de otra forma.

Los yoguis descubrieron técnicas que nos enseñan a respirar con conciencia, regulando bien la respiración. La mayoría utilizan tres fases de la respiración: inhalación, retención y exhalación, en muchos casos alargando esta última, para durar al menos el doble de tiempo que la inhalación, permitiendo un firme control sobre la actividad mental. Gracias a estas técnicas logramos  también aumentar la vitalidad, elevar las defensas del organismo y armonizar el sistema nervioso autónomo, alertando la conciencia. La práctica del control respiratorio lleva a los estados mentales de paz y vaciamiento que buscamos en Yoga.

FOTOS del Día Internacional del Yoga
Prana y apana
 

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