By Giovanni F. Marcello Cardona on Lunes, 29 Junio 2015
Category: Filosofía

Gunas: Equilibra TU energía en la práctica.

Según el  hinduismo, y para ser más preciso en el sistema Samkhya que es uno de los seis dárshanas y quizá el mas antiguo de los seis, encontramos la identificación y descripción de tres energías o cualidades a las que se les nombran Gunas de las que se compone la materia o prakriti:

La palabra Guna en sánscrito se traduce de varias formas, todas con la similitud de significar enrollar, que enrolla; es decir, espiral. Estas tres energías que conforman la materia tienen que ver con la existencia misma y por ende se manifiestan claramente en la práctica de ásanas. La energía Tamas es una energía que se manifiesta como inercia, pesadez, resistencia. Rajas es una fuerza de acción, creación, pasión. Sattva es la energía de balance total, es pureza, es armonía.

En la práctica de ásanas estas tres fuerzas están actuando de manera constante induciendo todo tipo de reacciones al practicante, por tanto estar consciente de los gunas, de cómo intervienen durante la sesión, es imprescindible para obtener un mejor control del ritmo y equilibrio de las fuerzas aplicadas.

Patanjali en los Yoga sutras nos dice:

Sthirasukhamásanam

“El ásana se compone de una doble cualidad la atención sin tensión, sin pesadez o embotamiento.”  2-46

Esfuerzo en relajación, la búsqueda de estos aspectos o cualidades presentes al llevar a cabo un ásana, implica atención total a aquello que hacemos en el instante, sin tensar ni la respiración, ni los músculos, y sin llegar nunca a relajar tanto que se pierda la ligereza o presteza en el sostener la integridad del ásana.

La atención se dispara con energía Rajásica y la relajación se obtiene con energía Tamásica, el logro de equilibrar estás dos energías dentro del ásana es transformar en energía Sáttvica tu Prakriti o tu materia, de aquello de lo que estás hecho y, al menos en ese instante estar en un estado de Sattva de pureza y bondad contemplativa.

En la práctica 

Estas lidiando con energía tamásica. Si te encuentras en tu práctica con resistencias o rigidez en diferentes áreas de tu cuerpo, sientes pesadez o simplemente llegaron a ti pensamientos que te afectan de manera negativa.

Estas lidiando con energía rajásica. Si estás lleno de energía, ambición, competencia, que provocan un estado de exaltación que te vuelven descuidado o propenso a sufrir lesiones por tratar de llevar tu cuerpo al límite sin observar tu respiración.

Estas lididando con energía sattvica. Cuando estás inmerso en tu práctica, sin que el exterior cause interrupciones, sin entregarte a las fluctuaciones del pensamiento, sintiendo todo tu cuerpo latir, respirar, moverse en sincronía sintiendo esa sensación de flotar en el aire con el mínimo esfuerzo, sin distracciones de aquello que sucede, en atención total dirigida a lo que sucede a cada instante. 

Entonces la cualidad del ásana requiere del equilibrio de las dos energías extremas Rajásica y Tamásica, transformándose en energía Sáttvica para así lograr el estado de atención sin tención y relajación sin pesadez.

Al final todo se dirige al equilibrio de tu interior, el balance de tus emociones es el indicador de cuando algo está bien. Los Gunas se manifiestan también en el estado emocional y dependiendo del estado emocional en el que te encuentras se desarrolla toda tu actitud y práctica dentro de la disciplina del Yoga, estas energías están siempre presentes fluctuando entre ellas. Cuando nos hacemos conscientes de ellas tenemos la opción de elegir hacia donde enfocar nuestra atenciòn y cómo estar más presentes en nuestra experiencia de vida; no somos hojas al viento, podemos navegar en nuestro ser la experiencia humana con dirección.

La cualidad de equilibrio de todas las fuerzas en el ásana, siendo un practicante constante, la puedes trasladar a la vida diaria dejando que tus acciones sean como tu práctica de ásanas, en contacto y conexión absoluta con el momento que estás viviendo al mismo tiempo que estás relajado y equilibrado al actuar.

 Sthirasukhamásanam.

Gio F. Marcello    

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