El estilo de vida moderno implica pasar largas horas en el tráfico, realizar varias tareas a la vez, sentirnos satisfechos solo cuando nuestra agenda esta llena y podemos cumplir con todos los compromisos que en mayor o menor proporción nos "auto-imponemos", es la paradoja de nuestro tiempo; teniendo tantas comodidades, máquinas que nos facilitan el trabajo y tecnología que nos acorta las distancias, sometemos a nuestro SER a circunstancias no muy relajadas para el cuerpo por lo que tu respiración actúa en consecuencia.
Nuestro cuerpo va generando memorias, lo que significa que TU al tener cierta conducta de forma repetida, es probable que se convierta en un hábito y así forme parte natural de tu modus vivendi. Si te detienes un momento a observarte te darás cuenta de cuantas actividades realizas en automático. Por lo general, nuestros hábitos van acompañados por respuestas corporales, donde tu cuerpo aprende a relajarse frente a una situación o... todo lo contrario. Empezar a tomar consciencia de ello es una manera de practicar yoga fuera de tu tapete, es poner tu atención a lo que esta sucediendo en este instante, como estas viviendo cada experiencia.
Estos son lugares comunes donde solemos no respirar profundamente...
1. En el coche. A menos que estés cantando a todo pulmón - lo cual en buena medida asegura que estas tomando grandes bocanadas de aire - lo mas probable es que tu respiración esté en función automática no muy relajada. Mientras manejamos nuestra atención rara vez esta unicamente concentrada en manejar, la mente busca distracciones por lo que surge facilmente la tentación de cambiar el radio, hablar por telefono o hacer "algo" mientras manejas. La próxima vez, intenta respirar profundamente solo por curiosidad.
2. La sala de tu casa, mientras cuidas a tus hijos. Admítelo, siempre hay una parte de tí, a veces mas consciente a veces muy inconsciente, que tiene un ojo puesto en lo que hacen tus pequeños, por lo general, ésto también nos estresa, los niños requieren de nuestra atención y tan pronto vemos que están entretenidos nos ocupamos con otras labores, pero sabemos que no podemos relajarnos del todo.
3. Tu cama. Este santuario de relajación donde te pierdes en los brazos de morfeo puede ser un lugar donde no siempre respiras a profundidad. Sobre todo para aquellos que tienen la manía de pensar en los pendientes, hacer listas mentales o estar checando el celular con la cabeza en la almohada. Si observas tu conducta, es probable que en mas de una ocasión te des cuenta que no estas respirando profundo. ¡Ponte a ver el techo y respira, estas vivo!
4. Frente a la computadora. Este es obvio. Nos jala tanto lo visual, que por momentos parecen dejar de existir los demás sentidos, de modo que puedes pasar horas en la misma posición de conchita acercándote cada vez mas a la pantalla, sin sentir molestia alguna. Y es que para tu cerebro, las cosas que observa parecería que en cierta medida, las está realizando. Trata de ponerte de pie al menos unos minutos cada hora, ¡estírate!, da unos cuantos pasos, cierra los ojos y relaja la frente, ve a la ventana a tomar un poco de luz natural, y lo mas importante ¡Respira!
5. En la mesa, de tu comida familiar. Es muy frecuente que en las comidas familiares hayan momentos incómodos, temas que causan tensión, personas o personajes que le dan a nuestras familias ese toque pintoresco que bien puede provocar carcajadas y también momentos donde el aire puede cortarse con un cuchillo. Respira. Todos te lo agradecerán, aunque no se den cuenta de ello. El ritmo respiratorio puede contagiarse.