Dedicado a Fer y Marce...
Cuando llegas a tu casa la primera noche después de haber dado a luz y sobretodo si es el primer hijo, experimentas probablemente uno de los momentos mas trascendentes en la vida de una pareja. Es un punto de crisis, entendida como crecimiento, es una transición donde los involucrados necesitan reajustar su espacio, su psique y sus costumbres en medio de un delicado ambiente de fragilidad, enfrentándose a los cuidados que requiere un recién nacido.
Básicamente habías vivido una circunstancia unos días antes y de un momento a otro sucede que entre los dos hay un nuevo ser. Este requiere atenciones y cuidados todo el día, a toda hora. Ese diminuto ser humano acaba de llegar a esta tierra, lleva pocas horas de haberse iniciado en respirar, en experimentar la sensación de frío y calor, llevaba 9 meses en un ambiente controlado dentro del vientre de mamá donde la temperatura era siempre la ideal y no solo eso, no tenía que realizar un solo esfuerzo en comer, ahora empieza a entrenar a su sistema digestivo con la succión de la leche, la cual, tiene que pedir. Los ruidos, no son como los percibía antes, en pocas palabras, es como si a nosotros de repente nos soltarán en el fondo del mar y tuviéramos que habituarnos a vivir ahí, donde en principio no podemos ni siquiera ver…
Ahora súmale que mamá es un cocktail de hormonas, como un martini que acaban de agitar y sus ingredientes la embriagan de tal forma que no sabe bien ni donde esta parada, ni que le ha pasado a su cuerpo. Si es su primer bebé también ella esta en un terreno totalmente desconocido, su cuerpo nunca antes ha producido las hormonas que están disparándose en este instante, puede ver a su pequeño y cargarlo en sus brazos pero una parte de ella todavía, se siente embarazada con un vientre abultado, unos senos enormes y un piso pélvico totalmente fracturado como si algo en ella se hubiera roto. Ella también se siente frágil. En este escenario se enfrenta a las demandas del bebé, sabe que necesita seguir sosteniendo la vida del pequeño, como lo ha venido haciendo, solo que antes se realizaba automáticamente por las funciones naturales de su cuerpo; ahora ella también debe esforzarse, atendiendo constante y conscientemente la situación.
Papá se tarda en entender que pasa, en serio, aunque intelectualmente trate de entender y por mucho que acompañe a su mujer en el proceso, las sensaciones son algo difíciles de transmitir y aun estando presente con el ánimo de ayudar, mamá es quien pasa la noche en vela dando de comer al pequeño, ella escucha todos sus ruidos, los estudia, lo observa y comienza a experimentar un estado semi alterado de consciencia, su cuerpo esta cansado y no logra descansar, su mente no termina de entender que pasa y tampoco consigue relajarse del todo, como mamá te preguntas ¿cómo es que hay tantos niños en el planeta? ¿cómo le han hecho todas esas mamás?, ¿porque ellas sí han podido? y tú a momento, sientes que no puedes. Creeme, en algún momento todas hemos sentido que ya no podemos.
Apunto a esta diferencia entre el y ella. Porque verdaderamente siento que es en este delicado punto en la historia de la pareja donde puede sembrarse un momento de íntima comunión, o de ruptura. Hombres, quizá no sabemos como decirlo, quizá no lo aceptemos, o no sepamos orientarlos en lo pueden hacer por nosotras, pero algo es seguro, necesitamos de su ayuda.
COSAS QUE PUEDEN HACER POR NOSOTRAS.
1. Acomodarnos
Estas tan pendiente de tu bebé, te dejas tan de lado y físicamente ya no recuerdas que es sentirte bien que adoptas unas posturas mas extrañas que los contorsionistas.
Papá, puedes acomodarle la espalda, ponerle un cojín debajo del brazo para que sostenga al bebé, de vez en cuando reacomodarla, es un detalle que hará mucha diferencia.
2. Agua
Al estar lactando el cuerpo necesita mas agua. Y en general, para la recuperación necesitas hidratarte.
Fíjate si tiene agua a la mano y no solo eso, de vez en cuando puedes pasarle un vaso o prepararle un jugo o un té -aunque ella no se lo tome-
3. Prepararle algo de comer
Pasa algo chistoso, tu estas muy ocupada en dar de comer, pero se te olvida que tienes que comer o bien, te da mucha hambre pero pocas ganas de prepararte.
Cocina. No necesitas ser chef. Los gustos de una mama generalmente son muy sencillos y se reducen a cosas muy simples, verduras cocidas, frutas, cereales, carne o pollo no muy condimentado, cosas que le darías a probar al bebé filtradas por el cuerpo de mamá.
4. Levanta la cocina
No es que nos guste tener todo bajo control – bueno por lo general si- pero creeme, este es un momento donde sientes que nada esta bajo control y tienes que aprender a lidiar con ello.
Saber que al menos en la cocina hay orden y que estas cooperando en eso, es una forma de sentir que todavía hay control dentro del hogar. Y que tú puedes apoyar en eso, que podemos apoyarnos en ustedes. No se porqué, al menos a mí me brinda una sensación de que todo va a estar bien.
5. Animarnos
No conocemos el sigificado de la palabra exhausta hasta que tenemos un hijo. En verdad, pueden pasar noches y noches que no pegas el ojo mas que un par de horas de forma intermitente y no se de donde sacas fuerzas. Antes, quizá en una semana de mucho trabajo, llegabas a sentirte muy cansada, pero hasta ahora sabes lo que es estar a punto del colapso.
Esta buena onda que al menos se den cuenta de esto. Y nos animen con palabras. Y ¿porque no? Pueden recordarnos que es lo que les gusta de nosotras, si por lo general cae bien que levanten nuestra autoestima, ahora mas que nunca.
6. Mimos
Ya que estamos en esto, nada como recibir cariño. Sabemos que no es nuestro momento mas glamouroso en la vida y por mas sensuales que se acerquen por ahora no queremos saber nada de sexo pero estamos deseosas de sentirnos amadas.
Se reciben abrazos, caricias, apapachos, piojito, que nos soben la espalda (pasamos horas sosteniendo una misma posición y no somos de hierro), que nos den masaje en el cuello, cualquier expresión que no tenga connotaciones sexuales, ya mencione que por el momento ese departamento esta cerrado, solo por una corta temporada.
7. Acércate
¿Crees que por ser mujeres sabemos mejor que hacer? NO. Esta situación es tan novedosa para nosotras como lo es para ustedes. No esperen que nosotras sepamos instintivamente que hacer (eso del instinto maternal tiene un porcentaje de valor, pero no representa una ventaja realmente considerable) Así que dejen de actuar como si hubiera una visita en casa, porque ese pequeño visitante llegó para quedarse y en cuestión de prioridades empieza a ocupar los primeros lugares.
Cárgalo, conócelo, arrúllalo, envuélvelo, obsérvalo, descúbrelo. Además de todo lo que ya tenían como pareja, ahora tienen este proyecto en común, quizá no sea el único pero si uno de los mas importantes. Para nosotras ver que ustedes se acercan con confianza nos permite descansar y empezar a relajarnos, esto es esencial para reorganizar, adaptarse y crear un ambiente mas armónico para todos los integrantes del hogar.