By Andrés Gavaldón on Miércoles, 01 Abril 2020
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Siempre aprendiz

 Hay tantas cosas por decir como primera pulsión cuando se descubre el fascinante mundo del Yoga. La lista de pensamientos, emociones y sensaciones que se desean transmitir a los demás a manera de agradecimiento; por el inconmensurable regalo de la sabiduría que se nos transmite, sea de la manera que fuese que nos hayamos instalado en la "senda de la no expresión", que no se reparara de primera instancia en el tratar de satisfacer el deseo de compartir la manera de instalarse en el "camino hacia dentro" que se ha descubierto y que se desea que todas las personas que le rodean descubrieran también.

A manera mas pausada y madurando en la sabiduría que nos es regalada en la practica de lo aprendido, se llega a descubrir que al ser esto una especie de "doctorado en sí mismo", es más oportuna la pregunta diaria del ¿cómo transmitir el yoga ? cuando definitivamente para esto, y fuera de todo cliché; no hay de verdad palabras para conceptualizar lo que no tiene concepto.

La grandeza de la practica y la enseñanza apasiona, porque por fin te empiezas a poder ver a ti mismo, incluso es mayor el potencial de verte aún más que la comprensión del "Yo" que se tiene, es mas sobre el ser, algo que se empieza a entender a manera de que se involucra más la conciencia testigo en lo que sea que se sea, y que hace la existencia.

La humildad que se adquiere conforme se practica y se va trabajando en la reducción del ego, hace cada vez más encontrar el que no hay nada que agregar. Y es entonces el ejercicio de escribir un artículo sobre lo aprendido en el mundo del "Chitta Vritti Nirodha" que da la perspectiva de nuevo para entender que esto es un asunto de la vida misma, y que entonces este mundo es más que el mundo de lo universal y por eso ni si quiera se le debería llamar como un mundo a parte.

Entonces el mundo de la emancipación del ser, el Tantra y su herramienta más que universal Yoga, aunque  parezcan incomprendidos y por su propia naturaleza a veces pervertidos, yacen perennes e inermes; estoicos y llenos de eso que es lo que importa incluso más que la verdad y que está ahí en el fondo del mar del "sí mismo" esperando ser descubierto como un tesoro que libere algo más que la propia alma, algo más que el propio espíritu, acaso apenas alcanzado a expresarse como la emancipación de la verdad subjetiva de ser.

Así que al comprender por práctica y por experiencia vivida la ingeniería de este maravilloso mundo y querer cotejar con lo expresado de tantos que a lo largo de la historia han hecho el intento de transmitir enseñanza de hombre a hombre: con hilos de aforismo, con métodos y grandes tratados… se llega a la cuenta de que siempre (quien lo entiende), se queda corto y se puede imaginar en el fondo del ser con la sensación esa de descubrir que hay cosas vivas en sí mismo para las que no hay palabras, no hay conceptos y no hay expresión.

En todo caso al Adhyāpaka (maestro) del yoga, le queda esa actitud que se abraza con la mayor devoción y respeto de esperar, a que el alumno Vidyārthī, cuando esté listo busque a su instructor para así dejarse florecer en el intento por poder guiar y también aprender. La gran enseñanza está aquí. Ya en la cultura védica y de pequeñas frases y metáforas a los pies del maestro, pero mas de los herederos directos tántricos ( entiéndase como el origen de la enseñanza prehistórica y no como la seudo filosofía del neo-tantrismo moderno), que toman lo más cercano posible a la tradición del las culturas del "Valle del Hindo", la fructífera tradición de transmitir en práctica la práctica; y enseñar a aprender por el método de lo ejecutado la búsqueda del ser. Así de esta manera se trata lo que importa en el yoga interno, en el florecimiento de su propia mata y su cultivo, y en menos importancia a la filosofía, creencias y religiones aledañas y circundantes a lo intrincado de la gestión del ser.

Por otro lado, en el yoga moderno y sobre todo el que se practica en América (para los que desean analizar el devenir histórico de la práctica-sabiduría y no el yoga de estudiarse a sí mismo), haría falta un acto de justicia que ponga de nuevo al yoga en su lugar justo, y al Tantra original su madre, en el lugar total que le corresponde rescatándolos de el vulgar reduccionismo al que ha sido sometido con los fines de comercializar y llevar al terreno del "Yo" lo que es del "No Yo".

Alguien podría o tendría que hacer eso.Se debe imaginar que es cosa de tener bastante paciencia para que esto suceda, pues ya el que va encontrando la senda de su propio yoga, en su fuero interno, va permaneciendo un tanto indiferente a si esto es un asunto de entendimiento de masas. El que abraza la senda y comprende el celo del diario practicar, cada día se aleja mas de todo lo que no sea el estadio del "Shamaddi" y su cultivo, su intuición plena, la permanencia en la universal natura y la grandeza que ello encierra en un "estadío" también tan simple como solo ser, si se acepta el término para fines explicativos, de permanecer en su propio animal, en āsana, como metáfora de actitud ante el devenir, con el "drishti" puesto en donde a razón corresponde estar.

En apenas esta mañana el que escribe encontró una imagen en redes sociales que decía: " Lo que la gente creé que es yoga " y mostraba una persona en Ardha Siddhasana con sus ojos cerrados, y mas abajo decía, "lo que YO realmente hago en yoga" y muestra una serie de acrobacias, posturéos y contorciones haciendo apología a sus posibilidades y alimentando su ego.¡ Qué lejos se está a veces en occidente de la enseñanza !podría pensarse.Pero ¿ acaso alguna vez la sabiduría fue popular ?¿ Acaso en oriente muchos estuvieron muy cerca ? ( si se permite la expresión). Incluso en los tiempos del crisol del Hinduísmo al origende la historia, en los tiempos del maestro Patanjñali también, de Siddharta Gautama y su aportación, del contagio a culturas y razonamientos diferentes para expresar lo mismo como el Tao, de la expansión de la enseñanza a tantas culturas milenarias, del surgimiento florecimiento de la practica y el apagamiento a casi borrar….¿ alguna vez la enseñanza ha sido comprendida a cabalidad?La respuesta es no, porque no trata de la verdad objetiva que precede del consenso, es sabiduría más profunda que la mismísima verdad objetiva y mas importante subjetiva que cada ser iluminado ha encontrado dentro de sí y mas profundo que dentro y fuera del ser mismo.

No es fácil comprender a la naturaleza mirándose a sí misma. Siendo testigo. Por eso el esfuerzo del que enseña debe ser con el mismo espíritu y humildad del aprendiz (Vidyārhtī) porque todo realiza, porque todo enseña, porque todo aprende.

El espíritu de aprendiz, los ojos bien abiertos, una mente lucida y un seno sensible y tierno que apenas nos ponga en el inicio del Ashtanga para prepararnos a desarrollar su camino, a explorar sus estadíos y a rescatar a los pobres āsanas tan pervertidos; para si se es pertinente empezar por escuchar a Patanjñali y ejercer la transmisión de la tradición de unos a otros por el bien de la humanidad.

Si se elige empezar por tu propio yoga, por el camino de lo devocional, de entrega ó de la sabiduría; ó en el trabajo mental tan socorrido en su rama energética hoy en día.Si es lo ortodoxo o lo sui géneris o todos juntos los caminos que se han de tomar para la emancipación del ser o para nada que podamos escribir aquí o comprender… el aprendiz-instructor (Yogui ó la Yoguini ), tiene la fortuna y la dicha de poder disfrutar durante un tiempo el empaparse de los caminos de transmitir lo que le es difícil compartir cuando lo tiene que sacar sinceramente de la parte de sus ser que no tiene impresión ni plasmado, y a la vez dejarse enseñar por los instructores (Adhyāpaka)que le guíen durante un tiempo, o por el gran maestro que es el alumnado que tiene la dicha de conocer. Sea pues bienaventurado.

Como un último comentario mantener viva la llama de practicar la meditación en cada āsana.Que no se pierda en las sombras obscuras del ego la enseñanza de un control de la energía corporal y mental mediante la practica de asumir una postura simple y llanamente como un entrenamiento de la vida misma, la cadencia y el plantar en la corporalidad entendiéndola como una parte de lo que se es, como un integrante mas del fenómeno de la existencia.Que se cultive el control de la energía en cada práctica diaria en la exploración del respirar y se cultiven los ocho estadios en cada escuela para empezar y para terminar, como ingeniería de trascendencia mas que de vida, de presencia o de no presencia. Que no nos quedemos todos en mirar como alguien llega mas, como se mira mejor, como se flexióna más.Esos son asuntos para empresas circenses y para el Instagram.

Como una hermandad unidos todos en la senda que advertimos unos más y otros menos y que nos tocó recorrer para el karma de la vida diaria,que nos ayudemos todos sin competir, sin medirnos, sin mirar; ayudémonos a adentrarnos cada día mas en lo que a simple impresión por maya podemos nombrar como yo mismo y que después estemos en un estadío que no podamos explicar con palabra alguna y nos quede solo a través de la convivencia fraterna, la compasión y el amor al fenómeno de afuera que es del yo mismo, solos y acompañados cada quien en su tarea,el compartir la practica y la sabiduría con el estar cerca, con el juntos estar, con el juntos andar. 

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